jueves, 30 de junio de 2011

My two left feet


Desde que tengo uso de razón bailar es una actividad en la que el creador no me proporcionó una pizca de talento, lo cual es un poco raro, dado que mi padre es una de las personas aficionadas a bailar y si he de ser franco no lo hace mal. De hecho hace unos años recuerdo que la gente lo felicitaba cuando bailaba rock and roll, lo cual es obvio dado que mi padre era un adolescente a finales de los 60's (lo sé mi viejo ya está entrado en años).
Soy la típica persona que no puede bailar estando sobrio, por lo que necesito del regalo del Dios Baco para armarme de valor y entrarle al dancing. Usualmente cuando veo gente bailar, trato de ver sus movimientos, pero en verdad carezco del talento para imitarlos de manera decente, por lo que una vez que el alcohol entra en mi sistema bailo sin darle tanta importancia a lo bien o mal que lo hago. Tal vez por eso prefiero la música electrónica, el dance y el house pues en realidad no se requiere de gran coordinación con otra persona y simplemente es seguir el beat.
Hace poco acudí a una reunión a la que por cierto por cuestiones laborales llegué tardísimo, todos estaban sumamente alcoholizados, ya no había nada de comer (y yo con un hambre atroz), la chica que me atrae (y la razón de mi asistencia a dicho evento), estaba tan alcoholizada que dormía en un sofá, y tan sólo un puñado de personas seguían en party mode, por lo que me uní a dicho grupo. Obvio ellos llevaban horas tomando y bailando y una de las chicas me preguntó si quería bailar, por lo que le dije que en 5 minutos lo haría e inventé el pretexto de que quería saludar al resto de las personas. De inmediato fui a con el improvisado barman y pedí lo primero que estuviera a la mano. Después de un par de bebidas ya no desentonaba, aunque aún no perdía del todo la inhibición por ciertos ritmos que no son del todo de mi agrado, pero bueno esos son detalles.
La chica que me atrae despertó gracias a que sus amigas la auxiliaron y después de una visita al baño digamos que ya estaba presentable, intentó bailar conmigo, pero el alcohol le jugó una mala pasada y digamos que fue una experiencia bizarra pero divertida. A veces me pregunto si así me veo yo cuando hago desvaríos.
Aunque no tengo talento para bailar debo admitir que es una actividad muy agradable, te permite conocer personas, encajar en un lugar en el que no conoces o simplemente pasar un rato ameno. Admiro a las personas que nacen con el talento (y la perseverancia necesaria) para hacerlo de manera profesional, o semiprofesional, una de mis amigas baila Flamenco y en verdad que se ve que disfruta lo que hace.
Hay ritmos por los que no me siento atraído pero supongo que todos tienen su gracia, recuerdo la euforia de la gente cuando vivía en sudamérica y hubo un torneo de salsa, neta me quedé boquiabierto con la habilidad con la que algunas personas cuentan. Quisiera tener la habilidad para bailar de Chris Brown o Fred Astaire, pero no la tengo, por lo que una bebida con OH siempre estará ahí para auxiliarme. Do you wannna dance?

Y esta canción me gusta, hace poco oí la versión del TV show Glee la cual me gustó más (pues tiene un toque más electro) a pesar de que el programa no me parece atractivo, simplemente creo que es como ver High School Musical pero para la televisión. Cuestión de opinión pero les dejo la versión original si es que alguien no había tenido la oportunidad de escucharla.

martes, 21 de junio de 2011

Adrenaline Rush

Cuando uno es joven no se da cuenta de los peligros a su alrededor, cometemos tonterías, tomamos decisiones inadecuadas, escogemos a las chicas menos adecuadas, entablamos relaciones equivocadas. Todos tenemos una historia en la que el destino no fue el mejor pero que el viaje fue sumamente placentero, algunos experimentaron con drogas, o tuvieron relaciones sexuales intensas pero de las que después se arrepintieron, o simplemente dieron rienda suelta a sus emociones esperando algo más que la simple liberación de endorfinas.
Desde que era chico me gusta la sensación de peligro, recuerdo que mi aspiración de niño era tener la estatura suficiente para poder subirme a la montaña rusa, o la primera vez que disparé a escondidas un arma de fuego sólo por la emoción de hacerlo. O cuando me encontré en una relación inadecuada pero altamente adictiva. Supongo que son los detalles estúpidos que uno recuerda como emociones instantaneas. Si he de ser sincero la sensación de peligro me atrae pero hasta cierto punto, me atrae conducir rápido siempre y cuando piense que tengo pleno control del automóvil, gusto de tener relaciones intensas en las que trato de no exponer demasiado mis sentimientos y cosas por el estilo. Hay una larga lista de cosas que me gustaría hacer antes de cumplir 30, pues supongo que a esa edad la gente espera que dejes de ser un chaval y te conviertas en un ente productivo y respetado en la sociedad (o al menos eso cree la gente).

Hace poco una amiga (muy atractiva por cierto), me invitó a saltar en paracaídas y es una de esas cosas en mi lista que quisiera hacer, sin embargo tengo un poco de miedo de acobardarme, pues es mucho más sencillo decir que lo harás y en el momento preciso de saltar del avión temo no tener las agallas para hacerlo. Decir que vas a hacer algo es más sencillo que hacerlo.
Aún no he pagado y estoy en la disyuntiva (pues U$ 200 no me los regalan) entre confirmar que lo haré o inventar algún pretexto, máxime que no hay reembolso una vez que subas al avión y firmas una hoja donde ellos no se hacen responsable por alguna falla del equipo y cosas por el estilo.
Quisiera ser como Vin Diesel en XXX que simplemente con actitud de malo hace mil acrobacias mientras grita: - I live for this shit!!!!!

Consejos?

lunes, 13 de junio de 2011

My First Kiss


Sé que esto suena a cursilería (y probablemente lo es). Muchas personas tienen presente el momento en que perdieron una parte de su inocencia y cambiaron su status de simple observador a involucrarse en el divertido, a veces molesto, complicado y fascinante mundo de las relaciones interpersonales. A decir verdad no recuerdo la primera vez que besé a una chica, supongo que es la misma historia del típico puberto con las manos sudorosas que le daba mil vueltas a las cosas para encontrar las palabras adecuadas. A medida que uno crece, ese tipo de detalles dejan de tener tanta importancia, aunque para algunas personas las primeras veces siempre serán memorables. Eventos como la primera vez que subí a una roller coaster, ó la primera vez que anduve en motocicleta serán reemplazados por la primera vez que la besé o la primera vez que tuvimos relaciones sexuales. Supongo que son los detalles de crecer. Hace mucho que no le daba importancia a uno de estos eventos, aunque por supuesto que recuerdo a las personas con las que compartí eventos, experiencias y detalles de lo más placenteros.
Creo que me he vuelto en cierta forma aficionado a las situaciones peligrosas donde el miedo de ser capturado in fraganti está presente, donde la adrenalina fluye y es una dulce mezcla entre temor, emoción, miedo, cariño, deseo de sentirse deseado y un largo etcétera se encuentran presentes, creando un sentimiento de lo más excitante, debido a la posibilidad de ser atrapado realizando cosas inadecuadas en lugares inapropiados. Obviamente no puedo dar detalles de lo sucedido pues me delataría por completo y no quiero afectar a terceras personas, sólo diré que en más de una ocasión he estado en una situación que algunos llamarían de comportamiento inadecuado en el sitio menos esperado y la verdad aunque me daría vergüenza admitirlo en público o peor aún ser capturado (en el momento menos adecuado) puedo decir que es el tipo de detalles que hacen que valga la pena trabajar un sábado por la noche cualquiera.

Y sí lo sé... Voy derechito al infierno!!!

lunes, 6 de junio de 2011

I have a dream...

X-Men: First class, me pareció una película interesante, no tanto por los efectos especiales, las batallas, es más ni siquiera me considero fan de los comic books de X-Men; lo que llamó mi atención de la pelícua es la manera en que desarrollan a los personajes principales de la película: Charles Xavier (Professor X) y Eric Lehnsherr (Magneto), pues nos permiten conocer su manera de ver el mundo, sus miedos, inseguridades, anhelos y por ende la forma en la que conducen sus pasos.
Por un lado Charles xavier es un tipo al que nunca le han faltado los recursos económicos, miembro de una familia adinerada, puede dedicar su esfuerzo a conocer los detalles del mundo mutante, desde el por que de los cambios genéticos, hasta tratar de encaminar a los mutantes a integrarse a la sociedad que tanto los ha segregado.

Eric Lehnshner por su parte es un tipo que desde niño sufrió la segregación por su origen y más tarde por sus habilidades mutantes, por lo que odia a la sociedad que lo señaló como diferente y busca la supremacía de su grupo por encima de los homo sapiens.
Juntos, tratan de identificar a otros mutantes y aunque sus ideologías son muy diferentes, ayudan a otras personas a aceptarse como diferentes y desarrollar sus habilidades. Bueno, basta de hacer una pequeña sinospsis de la película, ahora viene lo que realmente me puso a pensar.
No puedo sacarme de la cabeza que esta historia ya la he visto en el mundo real, (fuera de la ficción de tipos con habilidades sobrehumanas) el ejemplo que de inmediato vino a mi memoria es que los personajes principales del film me hacen recordar a dos tipos que se enfrentaron a una posición muy parecida, se trata de Martin Luther King y Malcolm X. Ambos vivieron en los años sesentas el desprecio de la gente blanca hacia las personas afroamericanas.

Martin Luther King fue un tipo intruido en teología, que pudo asistir a la Universidad, hijo de un pastor bautista y conocedor de la filosofía de la no violencia popularizada por Gandhi. Luchó por los derechos civiles en una época en la que sentarse en la parete delantera de un autobús (sitio destinado para las personas blancas) era razón para iniciar una disputa. Defensor de los derechos laborales y sociales de los negros (no es una mala palabra ni la digo en sentido peyorativo), ha sido fuente de inspiración para numerosos de sus seguidores cuya filosofía no terminó incluso después de ser asesinado en Tennessee.

Malcolm X por su parte nació en una familia humilde, quien fue separado a temprana edad de la misma, que vivió la discriminación en carne propia, quien apesar de ser un buen estudiante en sus inicios, nunca asistió a la Universidad (un profesor se burló de sus aspiraciones de convertirse en un abogado al ser una persona de color). Por lo que creció con un resentimiento hacia la "aristocracia blanca" y quien no dudaba en recurrir a la violencia con tal de defender sus ideales. Al igual que King, murió asesinado mientras dirigía un discurso en Nueva York.
Ambos lucharon por un ideal común (los derechos civiles), pero con una ideología encaminada en direcciones opuestas, Martin Luther King siempre creyó en la integración de una sociedad donde el color de la piel no fuera lo importante en una pesona, sino lo que expresa, ama y piensa. Tal vez la mejor manera de ilustrarlo fue en su discurso: I have a dream.
Por su parte Malcolm X fue un luchador constante de los derechos civiles, quien creía que la sociedad estaba en deuda con los afroamericanos y debía pagar por años de esclavitud y segregación; siempre contrario al sistema político, será recordado como una persona controvertida, intensa, pero que sin duda hizo eco en la historia.
Sé que este mundo no es perfecto, han pasado casi 50 años desde que estos personajes fueron asesinados y sin embargo el apartheid no ha terminado, lo vemos todos los días en una sociedad que margina a los que son diferentes. Diferentes ya sea por su manera de pensar, su manera de vestir, su ideología, su color de piel, su religión, su origen étnico o geográfico, por ser portadores de alguna enfermedad y un larguísimo etcétera. Pero en nosotros mismos está el lograr un cambio, para algún día poder decir que el sueño de aquel hombre asesinado en Memphis se volvió realidad.

Free at last...