sábado, 12 de mayo de 2012
Welcome to the fourth floor
Cuando uno es adolescente ve las cosas sencillas de una forma tan complicada que engaña la mente con cuentos surrealistas. Cuando se ha crecido uno trata de ver las cosas complejas de tal forma que parezcan sencillas.
Estoy en una época de transición en mi vida, a veces creo que es tiempo de un cambio, a veces quisiera poder decidirme a conseguir otro trabajo, o ser mi propio jefe, o ser valiente y dejar mi actividad laboral por un tiempo y simplemente viajar por el mundo sin rumbo. Pero no, en cierta forma a veces me siento atrapado por las normativas de la sociedad, sin quererlo intento encajar en las expectativas de otros y por instantes olvido quien quiero ser. Hoy he meditado mucho sobre el futuro, sobre el presente y sobre el pasado. Veo hacia donde quiero llevar mi vida con cierto recelo y angustia. No es que me sienta presionado es simplemente que quiero hacer lo que en verdad deseo, solo espero no sea un poco tarde.
Ahora si de plano, creo que solo divago, pero tengo planes, quiero darme una nueva oportunidad de hacer lo que en verdad quiero. Quiero viajar a un destino bajo un simple pretexto solo para no creer que pierdo las oportunidades.
En cuanto a mi vida personal pues siempre es un caos, por instantes deseo cierta estabilidad pero comienzo a percatarme que autosaboteo cualquier indicio de relación. A veces creo que lo que necesito es una mascota para hacerme compañía en caso de que las cosas tomen rumbos hostiles. Me encantaría uno como estos:
Y como nada de este post tiene sentido ahí va esta canción
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chaquetas mentales,
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shrink
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