miércoles, 19 de agosto de 2009

Zozobra

10:23 hrs. Una mañana típica en el trajín diario del trabajo, el ruido ensordecedor de personas escribiendo en sus respectivas computadoras mezclado con el inconfundible sonido de la fotocopiadora y el molesto ruido de gente sorbiendo su café matutino, Emiliano hace una pausa en su lectura de aburridos informes, pues entre la vorágine laboral alcanza a percibir un aroma tan familiar, una esencia que le estremece el interior y rápidamente le hace evocar los recuerdos que ha guardado muy en su interior, mintiéndose cada día a sí mismo, en ocasiones de forma conciente y otras no tanto. Ese peculiar olor, le trae como un relámpago el rostro de Lilia de vuelta a su cabeza; aquella chica dulce, de caracter fuerte pero cariñosa y amable quien tiempo atrás se había vuelto su mejor amiga y un poco más... Repasa por su mente los cálidos y agradables momentos que compartieron primero como amigos y luego en una relación prohibida, pues ella se encontraba en un noviazgo "estable" de varios años con alguien más. Emiliano los recuerda como los días más padres, pues a pesar del sentimiento de culpa que le embargaba siempre pensó que vendrían días "mejores" en compañía de su amada. No había pensado en ella en largo tiempo, a decir verdad había tratado de enterrar en su memoria su recuerdo, sobre todo los últimos días con ella, justo antes de enterarse que formalizaría su relación con su novio.Pero aquel dulce aroma le hizo pensar en las tardes riéndo junto a ella después de hacer el amor, o en la emoción que sentía al verla sonreir.
Pasan deprisa los minutos, aunque para Emiliano solo fue un breve respiro, de pronto alguien toca su hombro y Emiliano regresa de su trance mental tras percatarse que su superior le ha hecho preguntas sobre su progreso en el proyecto en curso; contesta rápida pero de cordial manera, al notar que su superior se marcha con rumbo a su oficina, intenta retomar la lectura, no sin antes percatarse que una parte de él arde en deseos de tener alguna noticia suya, sin embargo algo le dice que no ocurrirá...

Mientras tanto a cientos de Kilómetros Lilia sale de una horrible junta de trabajo, donde su proyecto fue rechazado por la junta directiva, el sentimiento de decepción tras una semana de esfuerzo le recorre el cuerpo, la tristeza hace presa de su alma, pues su "estable relación" no funcionó, pensó que un cambio de aires sería lo adecuado, sin embargo las cosas no han ido nada bien. Siente ganas de gritar, de llorar y contarle a alguien que la entienda sus penas, mira de reojo su teléfono celular, deseando ver el nombre de Emiliano en la parte de "llamada entrante". Recuerda el daño que hizo, tanto a él como a sí misma, pensando que quisiera que sus decisiones hubieran sido distintas, y tras esta breve reflexión regresa a su trabajo. En verdad se extrañan, sin embargo no volverán a verse...

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