martes, 7 de diciembre de 2010

Christmas tree's story


Soy de esas personas que son un poco ajenas a la Navidad, desde que dejé de recibir regalos en la niñez, siento que empecé a perder el espiritú navideño; por lo regular en estas fechas me pongo nostálgico y recuerdo momentos del pasado ya sean agradables o tristes. Debido a mi profesión por lo regular no cuento con vacaciones y este año por supuesto no será la excepción (el año pasado trabajé en la noche de Navidad, por cierto estuvo de locos pero esa es otra historia que no tiene nada que ver). Cuando estaba en la Universidad salía con cierta chica a la cual llamaremos mmm... Melissa, ella era de una familia super tradicional, su madre es de esas personas que les encantan los adornos alusivos a festejos, ya saben día de la Independencia, fiestas de Pascua y por supuesto la época decembrina. Por estas fechas estoy absolutamente seguro que su casa parece un Consulado de Santa, con cientos de curiosas figuras, adornos y por supuesto árbol de Navidad. Como he mencionado antes yo soy un poco reacio a la época decembrina, pero embobado por el crush que tenía por ella en ese momento, no sé ni como me convenció que era buena idea poner un adorno navideño. Por azares del destino, me gané un árbol de navidad y pues ella super emocionada se encargó de todos los arreglos para su decoración, ya sea esferas, moños, luces, estrella en resumen todo. Fue un momento agradable el verlo decorado, pero el tiempo pasó... Como es costumbre en mí, las cosas no funcionaron y la siguiente navidad fue la última vez que puse árbol, simplemente el sentimiento ya no era el mismo... algo faltaba, alguien faltaba...
No volví a poner árbol desde entonces. Tiempo después mi hermano desenterró el árbol de su escondite y lo adornó con sus amigas, pero yo no participé en lo absoluto. El sábado pasado, por azares del destino (nuevamente), me encontré en la situación de decorar un árbol navideño y de inmediato me invadieron los flashbacks de la última vez que lo hice, tenía algunos años menos (y unos kilos menos), aún no me había decepcionado del mundo y en cierta forma fue una época feliz de mi vida. Melissa es de las personas que saco lo mejor de mí...aunque también lo peor. Es de las cosas que extraño de ella... Long time ago.

Y para darle un poco de humor a esta historia que tal Don't shoot me Santa

2 comentarios:

Lady Diabla dijo...

Pues si, esos rituales que hacemos con ciertas personas se quedan tan marcados. y ya no los queremos volver a repetir si no es con ese alguien... aunque ese alguien los repita sin problema con alguien mas... malditos esos alguiens!!

Señorita Morfina dijo...

Eso que te sucede son cosas que no nos deberían atormentar, si yo me pusiera a recordar lo que viví con ex amores por el simple hecho de repetir la actividad pero sola, jamás volvería a leer un libro, a escuchar una canción o a disfrutar una puesta de sol. Es algo que simplemente debemos dejar que fluya, que duela y que solo cicatrice. Sad but true.

Saludos (: